FÉLIX LÓPEZ RICO


López Rico salió ayer para Santander

Se incorpora al club de El Sardinero, aunque aún no ha decidido si como profesional o aficionado

Entrevista publicada en el diario “El Alcázar” el 4 de enero de 1956


Ayer mañana salió para Santander el jugador local López Rico. Cuando todo parecía haberse quedado en un “statu quo”, se recibió un aviso urgente del equipo de El Sardinero, recabando la presencia del jugador para su inmediata incorporación al equipo.

Como ya habían sido discutidas las condiciones de traspaso, tanto por parte del jugador como del Club, no hubo necesidad de nuevas gestiones. Y el notable jugador local, lleno de esperanzas e ilusiones, Salió camino de Santander con la maleta cargada de ropas y libros, y el corazón rebosante de alegría.

Antes de su marcha, hablamos brevemente con él y con sus familiares, a quienes la decisión de su hijo no les ofrece mayores inquietudes que las de su posible triunfo o fracaso.

-Triunfará, si él quiere –decimos para cortar el frío del ambiente y la emoción de la despedida-. Lo que tiene que hacer es echar en los primeros partidos un poco de coraje del día del Cuatro Vientos, y marcar un gol como el del domingo último al Rayo. Por si no lo sabes, te diré que el general Villalba, que presenció el partido frente al Rayo, comentó tu tercer tanto con esta frase: “Si mete este gol Di Stéfano en Madrid, se está hablando de él una semana”.

-Si, ya lo había oído, pero son elogios que yo no merezco…

-Bueno ¿Cómo ha sido el marcharte ahora al Santander, cuando ya nadie esperaba su llamada?

-Yo sí la esperaba, porque los directivos y el entrenador, Nando, me habían dado toda clase de seguridades. Lo que estaban esperando es que yo decidiese si me iba como profesional o aficionado.

-¿Por qué te has decidido?

-Todavía no llevo nada resuelto. Particularmente me interesa fichar como aficionado, pero al club le agradaría más que lo hiciera como profesional, para que así pudiera empezar a jugar inmediatamente. Allí veremos por lo que me decido, pues los directivos me han dicho que no lleve nada firmado.

-¿Percibirá algo el Toledo por tu traspaso?

-Supongo que habrá una compensación económica.

-¿Y para ti?

-Si ficho como aficionado, nada. Si lo hago como profesional, ya veremos. Pero yo me conformo con sacar para pagar mi pensión y los gastos de la carrera.

-¿Qué prefieres llegar a ser, un buen abogado o un famoso futbolista?

-Me agradaría llegar a ser las dos cosas.

-¡No está mal! ¿Tienes confianza en que llegarás a triunfar en el nuevo equipo?

-Si no la tuviera, no me marcharía del Toledo.

-¿Y no te da pena dejar el equipo?

-Eso no hace falta que yo lo diga, pero no es cosa de desaprovechar esta ocasión que se me presenta. Además, ya no hago falta al club. Tiene asegurada la permanencia en Tercera División y ya no son necesarios mis servicios.

-Ahora que te vas ¿Cómo ves al equipo?

-Con una gran moral y muy bien preparado. Yo confió en que se clasificará como campeón en el torneo de Permanencia.

-¿A quién juzgas tú con mayor porvenir entre tus compañeros?

-Para mí, todos son magníficos. Quizá, por su juventud, Donato, Monasterio, Alonso, Rafa y León, tengan mayores posibilidades.

Quisiéramos proseguir la charla, pero la familia y los amigos requieren su atención para despedirse. Él estrecha la mano de todos y les abraza. Sube al coche y en sus ojos se percibe claramente la emoción del momento. Sonríe forzadamente y nos dice adiós desde la ventanilla. Cuando arranca el coche, todos sus amigos y nosotros le deseamos lo mismo: ¡Mucha suerte, López Rico!