MARTÍN JUANES PORTALES


Martín Juanes Portales, el hombre global del fútbol toledano

Fallecido el 20 de abril, fue presidente, entrenador y jugador

Artículo realizado por Ignacio Arizaga, publicado en la revista “Aquí” el 11 de junio de 2011


El 20 de abril fallecía a los 79 años, de un cáncer de páncreas, una de las figuras más singulares del balompié toledano. Martín Juanes fue presidente del Toledo en dos perio0dos, máximo dirigente del Sonseca, entrenador de fútbol de diversos equipos de la provincia, como el Orgaceño y el Consuegra, y jugador del Toledo y de otros conjuntos más de aquí. Artífice de la construcción del campo del Sonseca, y también con un papel decisivo en la del Salto del Caballo, se ha ido un auténtico ‘hombre orquesta’ del deporte.

“La generación de toledanos que tiene en torno a los 70 años recuerda a mi hermano con mucho cariño”. Quien pronuncia estas palabras es el profesor Jesús Juanes, hermano del ex dirigente del Toledo. “Era una persona muy activa, que nunca había estado enferma. Era también un poco como Mourinho, decía todas las cosas a la cara, no se callaba nunca”, aportilla Felipe Gallardo Juanes, su sobrino.

Martín Juanes fallecía el pasado 20 de abril, tras batirse con toda la entereza contra un cáncer. “El 7 de diciembre le dieron el alta en el hospital y tuvo unas semanas muy buenas. Iba a tomar café por las tardes a la Cervecería Santa Brava, en santa Teresa”, continúa su sobrino, quien destaca que su tío era un tipo muy cercano a la gente.

En este punto incide también el presidente del Sonseca, Juan Palencia: “Sabía ganarse muy bien a las personas. Trataba bien a todo el mundo. Yo lo tuve como entrenador y recuerdo que le gustaba mucho el fútbol de ataque”, afirma con seguridad este dirigente.

Martín Juanes ha sido el hombre global del fútbol toledano. Hizo de productor, director y actor principal. Su hoja de servicios posee una fuerza aplastante.

Fue presidente del Toledo en dos etapas distintas, desde 1962 a 1964, y de 1972 a 1976. Presidente del Sonseca, guardameta del Toledo, entrenador del Orgaceño, del Mora y del Consuegra, entre otros cometidos.

Fuera del deporte, fue empresario del damasquino y organista de la Iglesia de San Nicolás, donde incluso ejerció como sacristán, que de ahí viene precisamente su apodo, ‘Lego’, debido a que empezó el camino para ser sacerdote, aunque luego descubrió que su vocación se encontraba en otro lado, más hacia el mundo de la empresa y el deporte. Aunque su principal actividad económica estuvo vinculada al sector del damasquino, hizo incursiones también en el mundo del textil y la hostelería.

Hay datos que hablan por sí solos sobre la pasión que Martín Juanes sentía por el fútbol. Hubo una etapa en la que fue entrenador de dos equipos a la vez, el Orgaceño y el Consuegra. Si no le coincidían los horarios, iba a los dos partidos, en caso contrario enviaba a uno de ellos a su segundo, y es que Martín Juanes era un hombre que desplegaba la máxima actividad.

Como presidente también escribió muchos capítulos singulares. Su entrega y coraje resultaron claves para que se construyera el estadio del Sonseca, que en reconocimiento lleva su nombre. “Se implicó mucho en que el estadio saliera adelante”, recuerda Juan Palencia, quien subraya que fue una acción muy inteligente propiciar que cada sonsecano pusiera un bloque de ladrillo, cemento o algo relacionado para que se viera que el estadio era producto del esfuerzo colectivo. “Hubo que hablar con el párroco para que diera permiso para que los obreros trabajaran en la construcción del estadio los domingos”, añade, además, Felipe Gallardo Juanes.

Y es que su tío, que tuvo también bares en Sonseca, visitó una por una las casas del pueblo solicitando material a los vecinos. La fe que tenía Martín Juanes movía montañas. Por algo ejerció también una influencia decisiva en la construcción del estadio Salto del Caballo.

Y es que este empresario ha sido uno de los presidentes más efectivos y entregados que ha tenido el Toledo en su historia. Por ejemplo, fue el primero elegido por votación popular. Los números dejan claro que con él se vivió una etapa dorada en el club. Para empezar, ascendió al equipo a Tercera. Fue su primera promesa, nada más llegar al cargo en 1962.

La campaña siguiente, con un equipo que todavía recuerdan muchos buenos aficionados del Toledo (López Rico, Cortés, Ramírez, Mejías, Juanito…), jugó una promoción de ascenso a Segunda, algo que son palabras mayores.

El Jerez le impidió el ascenso, pero la afición toledana rememora esta campaña como una de las mejores de la historia. En 1964 se marchó debido a los problemas económicos del club, para regresar en 1972 y volver a ascender al equipo.

Martín Juanes era un tipo que ponía toda su energía en lo que estaba haciendo. Sus polémicas con los árbitros fueron muy sonadas, de ahí que incluso fuera inhabilitado por la Federación. “Tuvo que hablar el gobernador de la época, Jaime de Foxá, para que le levantaran el castigo”, recuerda su sobrino. “Se quejaba mucho del trato que le daban los árbitros al Toledo”, añade.

Su implicación con el fútbol le trajo, incluso, problemas económicos. “A mi hermano el ´futbol le costó dinero”, dice con convicción Jesús Juanes. “Martín no sólo los fichaba para el equipo, sino que luego los buscaba trabajo”, recuerda Juan Palencia. “Mi tío fue un mecenas”, sentencia su sobrino.

La familia ha recibido durante las últimas semanas muchas muestras de afecto de entidades y personas. Jesús Juanes y Felipe Gallardo están muy contentos con el comportamiento señorial que han tenido tanto el Sonseca como el Orgaceño, pero no pueden decir lo mismo del Toledo. Ellos no quieren extenderse en este capítulo, pero eso no es óbice para que expresen su malestar y decepción con el club que tanto marcó la vida de Martín Juanes.

Hasta el momento, la única acción que ha tenido el Toledo para un presidente que significa tanto en su historia, fue guardar un minuto de silencio en el partido de Hellín. En el Salto del Caballo, ante los aficionados por los que tanto dio la cara, no se ha hecho absolutamente nada.

La familia no tiene constancia, además, de que ningún directivo del Toledo se presentara en el tanatorio o en el funeral. “A nosotros no se dirigió nadie diciendo que venía representando al Toledo”, dicen sus familiares, que añaden que tampoco han recibido “ni una llamada telefónica ni un ramo de flores”.

En los últimos meses de la vida de Martín Juanes se habló de disputar un partido de homenaje entre el Toledo y el Sonseca, los dos clubs de su vida. “Al final se suspendió, pero la idea tiene todavía posibilidades”, explica a este semanario Juan Palencia, quien deja claro que no se debe olvidar a la gente que ha hecho cosas positivas.

Y es que Martín Juanes tiene la insignia de oro y brillantes del Toledo, galardón, que le impuso Jaime de Foxá en 1975, con motivo de la inauguración de la iluminación del estadio Salto del Caballo. “La insignia fue costeada por suscripción popular, el dinero lo pusieron los toledanos de su bolsillo”, explican Jesús Juanes y Felipe Gallardo, quienes recuerdan que también fue nombrado “mejor presidente de Castilla” por un medio de comunicación.

Además de un seguidor incondicional del Toledo, Martín Juanes sintió predilección por el Real Madrid. No todo el mundo sabe que incluso fue ojeador de este club en la zona centro. La forma de jugar de Amancio le fascinaba, y también el estilo de Santiago Bernabéu.

Su familia posee abundante material fotográfico en el que se le ve cenando con grandes ‘monstruos’ madridistas de la época, como Amancio o Pirri, que valoraban sus conocimientos de fútbol. “mi hermano fue un deportista, que vivió por y para el deporte”, recuerda Jesús Juanes. “Fue una persona muy inteligente”, añade su sobrino. “Jamás estuvo enfermo y siempre presumía de salud, pero cuando le detectaron el cáncer dijeron que duraría diez meses, y diez meses duró”.

El 25 de septiembre, Martín Juanes habría cumplido ochenta años. Pero el año que viene, en 2012, se cumplirán cincuenta años de su llegada a la presidencia del Toledo, una efemérides que merece ser recordada por tratarse de uno de los dirigentes más destacados de la historia del Toledo, que ha sido santo y seña para una generación de aficionados.