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Luis Cardeña Gálvez
1/10/2020
TEMPORADA 1949/50: TOLEDO 2 – TALAVERA 0.
 
 

TEMPORADA 1949/50: TOLEDO 2 – TALAVERA 0


El Toledo venció al Talavera en Palomarejos con todos los honores (2-0)

Crónica realizada por Antonio de Ancos, publicada en el diario “El Alcázar” el 5 de diciembre de 1949



El partido entre los dos ‘eternos rivales’ de la provincia se resolvió a favor del Toledo, sin el menor género de dudas. El equipo local ganó al Talavera de punta a punta un encuentro en el que de no haber tenido como aliados a la suerte, en forma de palos y de postes, el equipo blanquiazul hubiera encajado una derrota de escándalo.

Un partido de Copa

El partido tuvo todas las características de un encuentro de Copa. El ambiente que rodea siempre al mismo les hace perder su verdadera cualidad para convertirse en un partido de Copa a base de entusiasmo y de coraje, más que de otra cosa. El primer tiempo, con el resultado de un empate a cero, y aun la misma segunda parte, con una Talavera lleno de coraje y afán de victoria y con un Toledo sin un momento de reposo, lo prueba bien a las claras.

La Copa lleva consigo un juego más violento, más rápido, de más fogosidad que el de la Liga. Y ese fue el que vimos el domingo en Palomarejos, amén de un cierto aderezo de dureza y de brusquedad en las líneas defensivas del Talavera, impotente para contener la rapidez de la delantera toledana.

Hubiera sido muy otro el aspecto del partido de no haber sido anulado el primer gol del Toledo, conseguido a los dos minutos de juego. Porque el Toledo salía dispuesto a resolver el encuentro en la primera parte de una manera rotunda. Y lo hubiera logrado de no haber sido por la decisión del señor De la Cruz, anulando el tanto por supuesto fuera de juego en una ‘melée’ ante la puerta talaverana, en la que era más que difícil, imposible, que existiera el fuera de juego.

El Talavera se dio cuenta de lo que ese aviso significaba y cerró sus líneas ante su meta, defendiéndose como leones y buscando la ocasión propicia, al mismo tiempo, para intentar alguna arrancada.

El Toledo no cejó ni un solo instante en su empeño, dominó en la primera parte y en la segunda, marcando además dos goles que le valieron la victoria con toda justicia.

Más rapidez, más juego y más clase

El Toledo igualó al Talavera en entusiasmo y coraje, y le dominó en rapidez, juego y clase, aparte de vencerle por goles. El fútbol que se vio en Palomarejos corrió a cargo del Toledo, cuya delantera estuvo inspiradísima, a ratos, y siempre jugando a base de una mayor compenetración que la contraria, totalmente desconcertada con continuos cambios. Los dos goles fueron dos goles de ‘bandera’, jugando toda la línea de ataque y terminadas con el disparo fulminante de Yonete, el primero, y una jugada de veteranía y de clase a cargo de Florencio, el segundo.

Nuevamente el Toledo ha jugado con las mismas armas del Talavera, superándole en técnica y en movilidad.

No se le puede pedir más a nuestros muchachos. Todos ellos jugaron con el mayor coraje y con la confiada ilusión del triunfo. En el primer tiempo hubo un poco de nerviosidad y de desacierto a la hora del disparo, pero la verdad es que contra la mala suerte nada se puede hacer tampoco, porque estrellarse cuatro balones en el poste y el que la pelota salga fuera, escapándosele de las manos al portero cuando se encuentra en medio de la portería, son cosas que no ocurren todos los días.

Esta desgracia sirvió para mantener vivo el interés y la emoción del encuentro hasta los momentos finales del mismo, pues a pesar de haber conseguido el primer gol, mediada la segunda parte, un tanto no era un margen excesivo para mostrase muy confiados, hasta que Florencio consiguió el segundo, a los ocho minutos antes de que se llegara al final.

No se puede pedir más

A la hora de los elogios por parte del Toledo, hay que tributar a todos la más cálida ovación, reconociendo de antemano todas las virtudes que antes hemos expuesto. Para nosotros, sin embargo, existen las singularidades, por la sencilla razón de que el espíritu de la crítica debe llegar más allá de la generalidad a la hora de alabar como a la de censurar.

Y puestos en el plano de la singularidad, hemos de destacar en primer lugar a Florencio, que salió a jugar en unas condiciones físicas que sólo él sabe y que nadie mejor que el doctor podía reconocer. Nadie puede pedirle más de lo que ayer hizo. Aparte del gol, es que se batió bravamente, con el mayor coraje y como si estuviera más sano que ninguno. Hubo quien le censuró algunas cosas, pero sin duda no sabía que para jugar como él lo hizo ayer había que tener mucho de hombre, lo primero, y después, mucho de amor y de cariño al Club.

Tras él, y por aquella razón de que ‘los extremos se tocan’, el pequeño Yonete ¡Cómo lució ayer nuestro joven extremo izquierda! ¡Qué rapidez, qué disparo, qué valentía! A pesar de haberle tocado el hombre más duro y más violento del Talavera. El partido de ayer le consagró definitivamente y nos congratulamos que fuera ayer precisamente, frente a otro extremo izquierda que quiso alardear de coraje bajo la camiseta blanquiazul, cuando a aquel le conocíamos todos por su desgana y su poco apego al Club. El gol que marcó, las internadas que hizo en medio de tarascadas continuas, las veces que tiró a gol y los balones que disputó valen por toda la temporada junta del rival de enfrente, aun reconociéndole toda la clase que el otro tiene.

Luego, por orden de méritos, yo citaría a Campos, nuestro defensa derecho, impecable de colocación y salvador de las dos únicas ocasiones de apuro ante nuestra puerta, salvando dos goles ya hechos, salvando dos goles ya hechos, y con el coraje característico durante los noventa minutos de juego. Luego, Sanz, también en la defensa, y Rubichi y Sauer, aunque de verdad, de verdad, nos quedamos con las gana de citar a todos como distinguidos.

Gómez cubrió la vacante de Larrubia discretamente, un poco flojo al principio, pero más seguro después, cuando recibió un poco de ayuda de su interior. En suma, que no hubo un solo fallo en ninguna línea y que el Toledo ganó el partido por coraje, por entusiasmo, por veteranía y por clase.

Lo demuestra bien a las claras el intenso dominio que impuso durante los noventa minutos de juego, los doce saques de esquina que lanzó sobre la puerta talaverana, contra dos de su adversario, y las veces que el balón se estrelló en el poste y con los largueros, amén de las faltas cometidas dentro del área que el árbitro les perdonó.

El Talavera

El Talavera salió a jugar en plan defensivo. Retrasó sus interiores y apretó sus filas defensivas ante la meta de Bautista, pretendiendo mantenerse imbatido durante todo el tiempo y con la esperanza remota de que su delantero Martínez forzara en alguna ocasión la escapada y pudiera tirar a gol.

Eso fue lo único que vimos al equipo blanquiazul. Defenderse bravamente y, a veces, con excesiva dureza por parte del defensa derecho y del central. Como conjunto, naturalmente, había de defraudarnos, porque no le vimos como tal. Algunas jugadas de Martínez, el bregador Quirós, y nada más. Muy poca cosa para mantenerse con aspiraciones para seguir ocupando el segundo puesto.

Claro está, que una cosa es jugaren plan defensivo y otra en plan de ataque. Quizá cuando le veamos jugar en su campo del Prado podamos o tengamos que cambiar de parecer, pero por lo que ayer le vimos, sólo podemos hablar de su tesón, de su tenacidad y de su entusiasmo. Esto se lo reconoceremos siempre al Talavera, máxime cuando juega contra el Toledo, porque se crece siempre en esa ocasión.

Línea por línea, hay que destacar a su portero en la defensa, y a Cuadra y Quirós en la media que, con su defecto característico también, de no pasar y de jugar mucho para la gradería, es el puntal del equipo, y a Martínez en la delantera. No vimos más por parte de las oras novedades.

Los goles, equipos y arbitraje

No hubo goles en la primera parte, aunque el Toledo se mereciera por lo menos cuatro tantos. Hasta mediada la segunda no vino el primero, tras una jugada brillantísima de toda la delantera toledana, rematada con un disparo fulminante de Yonete a ras del suelo. Que entró como una bala. Intenso dominio del Toledo, disparos continuos y un par de escapadas de los talaveranos, salvando Campos en última instancia. Cuando falta muy poco para terminar, un pase de Sauer a Florencio, internándose éste, se cruza un defensa y le dribla, sale el portero y con la mayor picardía levanta la pelota por encima de la cabeza de éste, consiguiendo el segundo tanto.

Los equipos presentaron las siguientes alineaciones:

CD Talavera: Bautista; Clemente, Cuadra, Caminero; Lolín, Quirós; Quintín, Romeo, Martínez, Sebas y Nuño.

CD Toledo: Ávila; Campos, Zori, Sanz; Gómez, Rubichi; Florencio, Sanz, Sauer, Luengo y Yonete.

El arbitraje del señor De la Cruz, bastante desigual. Vaya en su descargo que el partido era muy difícil. Se limitó a castigar únicamente y amonestar toda la tarde, pero sin autoridad suficiente para expulsar a ningún jugador.

Así siempre

Los aficionados desearían que sus jugadores se batieran así siempre. Y el Club desearía que la afición se portara así siempre. Con un lleno en toda la gradería y alentando al equipo durante todo el tiempo ¡Pero no todos los días es Santa Bárbara!


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