TEMPORADA 1991/92: TOLEDO 2 – TALAVERA 0


Un error de Javi decidió el derbi

Un minuto antes del decisivo gol, Barcia perdonó la vida al líder

Crónica realizada por J. Eloy García Orozco, publicada en el diario “Ya” el 4 de noviembre de 1991


Municipal Salto del Caballo. Medio día del club. Gran entrada y casi dos millones de pesetas de taquilla. Muy buena temperatura. Césped en regular estado. Luz artificial, muy deficiente, desde el minuto 46. En el palco estuvieron los dos presidentes, pero no las autoridades públicas invitadas.

Alineaciones

CD Toledo: Villalvilla, Gabi, José Luis (Luisito, m.46), Abel, Lolo, Pedro Díaz, Dani, Arganda, Paniagua, Julio César (Pedrete, m.56) y Pardina.

Talavera: Javi, Justo, Trigueros, Ortega, Pedro, Herrero (Pozo II, m.83), Barcia (Quique, m.75), Flores, Fernando, Ramírez y Pozo I.

Árbitro

Rodríguez Serrano, ayudado por Galiana Medina y Amores Cañestro. Bastante buen arbitraje, aunque se excedió en la expulsión de Pozo I. No influyó en el resultado, lo cual es importante. Tarjetas para Lolo, Justo y Flores. Expulsó a Pozo I, en el minuto 27, por entrada por detrás, sin balón en juego, al local Paniagua.

Goles

1-0, minuto 65: centro de Dani desde la derecha, Javi no atrapa, toca Paniagua y Pardina fusila.

2-0, minuto 88: falsa entrega de Ortega a su meta y Pedrete se anticipa para marcar con facilidad.

Comentario

El derbi de la máxima se decantó del lado local, que rompió así el mal fario de los enfrentamientos de la presenta campaña, en un choque que si tuviera que pasar a la historia lo sería por el error del meta talaverano Javi, cuando corría el minuto 65, que abrió de para en par el triunfo toledano. Fue la jugada clave, más incluso que el gran fallo de Barcia un minuto antes, cuando tras un gran tiro de Flores, que repelió el palo izquierdo de la portería de Villalvilla, no lo supo colocar en las redes, con toda la puerta para él.

Y es que no es lo mismo fallar, pero mantener la seguridad que el rival no tiene huecos por donde penetrar, que encajar un gol por error de blocaje.

Fue el resquicio que estuvo buscando los 64 minutos anteriores el cuadro de Emilio Cruz, incapaz de superar la hasta ahí armada defensa blanquiazul. Una zaga muy suficiente, y eso que Ricardo, el libre titular, no estuvo, entrando en su lugar Ortega, colaborador directo en el segundo gol verde, aunque también contó con la indolencia del ataque verde, que nunca tuvo ocasión de jugar un balón con ventaja ante sus pares, aparte que tampoco se notó la superioridad numérica que desde el minuto 27 disfrutó el Toledo, por la expulsión, rigurosa, aunque tampoco injusta, de un Pozo I que al igual que sus compañeros, sólo tuvieron claro que jugaban para taponar las insulsas e ineficaces intentonas locales para descolocar a sus compañeros de atrás.

Cruz dejó en la caseta a Luisito y colocó a Paniagua de enlace en el medio campo ¿Trataba de sorprender a Díaz Pablo? Lo consiguió, porque lo único que significó fue que el medio campo se ‘torpedeara’ a sí mismo, dado que Dani quedó oscurecido –y n estaba el sancionado Rafa- y Arganda no vio juego, ya que todo se cargó por la izquierda. Así, José Luis se convirtió en el hombre que centraba los balones, y Lolo, otra vez más el gran animador con su garra y laboriosidad para sacar de la atonía al respetable, fijaron por completo a Fernando y Ramírez, amén de escudarse en la virilidad de un Justo que tenía arrestos para echarlos una mano, aparte taponar a Julio César, Pardina o quien estuviera a su lado.

Díaz Pablo no contaba con Pozo, pero tenía claro que su esquema táctico no había sufrido merma, cerrando la única vía que ofrecía cierta desestabilización, porque Pedro dio una lección de sobriedad marcando, y sin chistar ni en una ocasión, función que también desempeñó Trigueros.

Los verdes movían el balón siguiendo los impulsos de Pedro Díaz, pero la tensión eléctrica no llegó más que al talaverano del Toledo, porque ni siquiera Luisito, que entró en lugar de José Luis, pasando Gabi a la izquierda y el menudo centrocampista de lateral derecho, descentrado, tuvo la sal de choques anteriores.

La tensión existente en los locales, deseosos de quitarse la espina de la Copa del Rey, se concretó en los minutos previos al gol, con jugada de Lolo y Julio César –que ni comió ni dejó comer- en el minuto 55, un gran disparo del propio Lolo y Pardina que no supo aprovechar el rechace de Javi, en el minuto 56, o una falta botada por Arganda, en el minuto 65. Así se llegó a la acción desgraciada de Barcia, el ‘regalo’ de Javi y la culminación de Ortega, para que el 2-0 se tornara en ‘revancha’ copera.