MIGUEL ÁNGEL IGLESIAS


Miguel Ángel Iglesias, entrenador del CD Toledo: “El Toledo es un gran escaparate”

Entrevista realizada por J. Eloy García Orozco, publicada en el diario “Ya” el 9 de enero de 1991


Miguel Ángel Iglesias, de treinta y dos años, casado, natural de Talavera, donde reside y tiene su trabajo, que en la actualidad desempeñaba el cargo de seleccionador regional cadete, está muy ilusionado ante “el reto que supone entrenar al Toledo”, al tiempo que “estoy responsabilizado, porque supone mucho para mí en el plano deportivo”.

Miguel Ángel Iglesias, que jugó muchos años en el Talavera, equipo del que se hizo cargo hace dos temporadas, señala que “el tema económico no es tan importante, porque tengo muchos años para ganar dinero, como la oportunidad que se me ha brindado de entrenar al Toledo, que es un escaparate”. Para Miguel Ángel Iglesias supone un gran paso en su carrera como técnico, “he tenido la suerte de dirigir a los dos equipos de mayor importancia, aunque no los mejores, por respeto a todos, como son Talavera y Toledo, y voy dispuesto a poner de mi parte ilusión y trabajo. Y en ello confío para hacer una buena temporada”.

Miguel Ángel Iglesias, que este año comenzó rechazando seguir en el cuadro técnico del Talavera, se puso en contacto la noche del lunes con Paulino Lorenzo Martín, “por ética, porque es amigo mío –son profesores de la Escuela de Entrenadores- y el concepto que yo tengo de él es inmejorable, tenía que comunicárselo y él me dijo que no conocía nada de forma oficial, pero que se alegraba porque si no era yo sería otro, y me deseó la mayor de las suertes”.

El flamante nuevo técnico del Toledo considera que esta llamada para dirigir al primer equipo de la provincia supone “que no ha caído en saco roto el trabajo que he hecho hasta ahora con los juveniles, y es para mí una gran satisfacción, y más cuando este año decidí no entrenar, y luego me llamaron para dirigir al equipo regional cadete”. Miguel Ángel Iglesias deja su cargo como seleccionador regional, “la Federación se ha portado más que bien, porque no cobraba nada, pero cuando doy mi palabra, basta, y si hubiera habido cualquier problema para encontrar sustituto no habría aceptado, pero cuando se lo comuniqué no sólo no me pusieron ninguna traba, sino que me dijeron, de forma textual, que me exigían que lo aprovechase”.