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Luis Cardeña Gálvez
10/12/2009
JULINHO BOTELHO.
 
 

JULINHO BOTELHO, ARTISTA Y SEÑOR


Aguantó la ira de ciento veinte mil espectadores en el estadio Maracaná, porque el público quería ver a Garrincha, para disfrutar de sus regates, reírse de sus destrezas y destrozos que dejaban sentados a varios defensas simultáneamente en la hierba. A los dos minutos, en el famoso partido con Inglaterra en 1959, ya se callaron sesenta mil cariocas, y los demás sesenta mil aplaudieron el primer gol, firmado por Julinho. Más tarde, Julinho hacía el pase decisivo del 2-0 definitivo. Luego, regaló regates y carreras dignas de lo que quería ver el público. Ganó el partido él sólo.

Noventa minutos tras haber sido copiosamente silbado por ciento veinte mil aficionados, los mismos aplaudían de pie durante dos minutos inolvidables a Julinho Botelho, un grandísimo actor de la historia del fútbol de ataque de Brasil. Fue un atacante más de la interminable lista de artistas del regate y del gol de Brasil, de Friedenreich a Ronaldo, pasando por Leônidas, Heleno de Freitas, Zito, Garrincha, Pelé, Tostao, Zico, Reinaldo y Romario.

El público de Río de Janeiro tenía la memoria alterada por el ‘Maracanazo’ de 1950 y el siguiente desastre de 1954, en Suiza, donde Julinho había sido el mejor extremo del Mundial, un extraordinario depredador de área y de la banda derecha, el único que había salido indemne del fracaso suizo de Brasil. A tal punto, que fue entonces fichado por la Fiorentina, un caso excepcional en la época, y dio el primer ‘scudetto’ a los florentinos en 1956. Desde entonces la ‘Fiore’ sólo ganó un ‘scudetto’ más, en 1969.

Y ante esta soberbia actuación y su éxito en la Fiorentina, fue llamado para el Mundial de 1958, con Joel. Rechazó la oferta porque le parecía más justo que fuesen convocados jugadores que actuaban en Brasil.

El gesto de Julinho Botelho dejó la vía libre a Joel y a Garrincha para la punta derecha de Brasil, que en 1958 empezará su andanza triunfal de pentacampeón del Mundo. Quizás sin este sentido de la generosidad de Julinho nunca habríamos gozado del fútbol de Garrincha. Julinho Botelho nos abandonó el 11 de enero 2003 en San Pablo, a los 73 años.

Julinho Botelho, un señor y un gran jugador.


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