Efectivamente, lleva razón Juan Carlos Ortega cuando manifiesta que nuestro querido perro sigue siendo el mismo al que solo le han cambiado el collar; yo añado que, ya puesto en manos de otros veterinarios más expertos, podrían haberle inyectado alguna vacuna contra los males que viene padeciendo desde unos años para acá ya que los mismos se están haciendo crónicos.

Esto empieza a resultar alarmante para la sufrida y paciente afición del C.D.Toledo quien ve cómo un año tras otro, por unas u otras razones, se esfuman unas ilusiones que finalmente se quedan en un largo elenco de buenas intenciones. Espero y deseo que se mantengan, por lo menos, las mismas para que el poco fútbol que tenemos no siga el mismo camino que otras modalidades deportivas que se esfumaron de Toledo.

Partimos en el campeonato con un equipo totalmente renovado y, según decían sus técnicos, muy compensado y completo para, a la décima jornada del mismo, darse cuenta de que faltan efectivos. Y, así, ¿cómo se permite la salida de jugadores de la talla de Edu Benito al que no se le ha dado oportunidad alguna en partidos oficiales habiendo demostrado en otros de entrenamiento, como en Los Yébenes, que sí puede ser válido para, a cambio, traer a quien lleva dos temporadas sin tocar balón?

¿Es ésta la política de la cordura? Parecía que ya entrábamos en el buen camino del quehacer técnico-deportivo en el club, y como diría el bueno de Juan Carlos: “hemos cambiado todo el cotarro para encontramos en el mismo sitio”, por no decir peor, si se tiene en cuenta que a estas alturas, comparando con lo realizado el año pasado bajo la batuta del Sr. Rosado, llevamos un punto menos que entonces.

¡Cuidado! Porque este año sí puede exigir el aficionado, no tanto porque se lo merezca sino porque existe un compromiso formal por parte de los directivos del club quienes, durante la pretemporada, manifestaron claramente que esta vez, todo lo que no sea meterse en la liguilla de ascenso se consideraría un fracaso.

Bien es verdad que aún es muy pronto para dar “caña” y criticar cualquier posible fiasco; entiendo que de poco o casi nada sirve expresar ciertas inquietudes, quizás alarmistas, del aficionadillo de base de un equipo (admito que forofo) quien presiente que las cosas no están funcionando como debieran y que vamos de mal en peor, porque así lo demuestran los resultados; pero se considera obligado a hacerlo a través de esta sección destinada al efecto porque aún hay tiempo de rectificar y para que nadie se duerma.

Tómense medidas ¡ya!, y no nos hagamos las cuentas de la lechera. “Nos queda enfrentarnos a equipos asequibles a los que les ganaremos…” –dice su entrenador, entre otros- ¿Como el del Quintanar del Rey? Bien, vale, adelante; mientras, otros equipos, a la “chita callando” irán sacando sus puntitos y, cuando vengamos a darnos cuenta ya estaremos fuera de los objetivos que se marcaron.