Era un partido de fútbol más el que tenía que disputar nuestro CD Toledo en el Municipal de Tomelloso y el que, a priori, había levantado cierta expectativa entre sus seguidores, no exenta de un posible traspié que al final se produjo porque, el equipo al que había de enfrentarse, siendo uno de los llamados a estar entre los primeros, estaba obligado a enmendar una serie de resultados adversos ante sus incondicionales, en detrimento de los verdes quienes, antes o después, habrían de alterar su buena racha obtenida fuera del Salto del Caballo.

Se perdió, y no pasa nada. Lo que haya de ser negativo, cuanto antes ocurra, mejor porque aún queda mucho tiempo para enmendar. Lo bueno es que haya posibilidad de corregir. Considero que el entrenador tiene elementos e ideas más que suficientes para tratar de que la defensa toledana no encaje tantos goles absurdos y que la delantera aproveche las muchas ocasiones que genera para realizarlos.

Tras el partido en Tomelloso, y de regreso a Toledo, me sorprendía mi buen estado de ánimo porque, a pesar de la derrota, en el fondo algo me decía que había motivos para albergar esperanzas de conseguir los objetivos marcados, muy lejos de aquellos tristes regresos en otros desplazamientos durante las últimas temporadas. Hasta mi entrañable y bella acompañante se asombraba por mi buen talante tras el resultado obtenido, preguntándome si es que no me había afectado la derrota. -“Algo decepcionado, no dolido como otras veces,” – le respondía, añadiendo. – “Hasta puede que nos venga bien el tropiezo de hoy”.

Y es que el que no se consuela es porque no quiere – dirán algunos -. Puede que haya algo de ello en mi modesta reflexión, pero, sinceramente, he de reconocer tras lo visto hasta ahora que el Toledo de esta temporada está llamado a hacer grandes cosas. A mi modo de ver, tiene un sistema de juego ofensivo que no esconde la cara; los jugadores que saltan al terreno de juego podrán estar más o menos acertados pero su entrega es total desde el inicio hasta el final; hay una mezcla de juventud y experiencia no exenta de calidad en buena parte de sus componentes; existe compensación en sus líneas y dispone de un banquillo con reservas que muy bien pudieran sustituir, en cualquier momento, a los presuntos titulares. ¿Entonces?

¿Qué es lo que falla, pues? Para mí, gran culpa la tiene la falta de entendimiento ante el escaso rodaje que obstaculiza la debida conjunción y coordinación entre sus miembros a lo que habría de añadirse una falta de atención y concentración en determinados momentos del partido. No obstante, estos fallos pueden arreglarse a base de mucho trabajo y empeño; quizás sobren algunos nervios por culpa de una elevada dosis de ansiedad al querer resolver los partidos que se disputan cuanto antes.

Tales defectos, como digo, se pueden y se deben arreglar. Teniendo en cuenta que el calendario no ha sido muy favorable al CD Toledo, obligándole a enfrentarse al inicio de temporada con los llamados “gallitos” del grupo, ¿qué puede ocurrir cuando le llegue el turno de hacerlo ante los considerados en teoría más débiles? Presiento para entonces una sensible movida clasificatoria y espero no equivocarme. Seamos sensatos, pero optimistas, ¿qué más nos va a dar? Para empezar, los puntos a disputar el próximo domingo ante el “CF Gimn. Alcázar” tienen que quedar en casa. He dicho.