TEMPORADA 2009/2010: OVIEDO 1 – TOLEDO 1


El Toledo logra en Oviedo un empate en la recta final que sabe a victoria

Crónica realizada por Bonifacio Cervantes, publicada en el diario “ABC” el 31 de mayo de 2009


Estadio Carlos Tartiere, de Oviedo. Alrededor de 7000 personas.

Alineaciones

Real Oviedo: Aulestia, Jorge Rodríguez, Dani Hedrera, Javi Barral, Invernón, Jandro (Iván Ania, m.70), Pelayo (Rubén García, m.46), Curro, Manu Busto (Nacho Méndez, m.80), Miguel y Rayco.

CD Toledo: Bermúdez, Amores, Selu, Alex González, Israel, Joaqui, Pulga (Guille, m.70), Alberto Martín (Minu, m.78), Dani Alonso, Rufino y Butra (Migue, m.90)

Árbitro

Marcos García Bestilleiro (Colegio Gallego). Tarjetas amarillas a Dani Hedrera y Miguel (expulsado en el minuto 83 por doble amonestación) del Oviedo, y por parte visitante a Selu, Alex González y Alberto Martín.

Goles

1-0, minuto 20: Manu Busto.

1-1, minuto 81: Guille.

Comentario

Todo indicaba que la visita al histórico Carlos Tartiere en el retorno del Toledo a Segunda División B se saldaría con una de esas derrotas que tanto duelen por la mínima. Pero transcurría el minuto 81 cuando Joaqui envió un balón con profundidad a Rufino, que tocó suavemente sobre la carrera de Guille que, completamente solo, batió por bajo a Aulestia con suavidad y tranquilidad.

Este gol igualaba la desventaja con el tanto del Oviedo obtenido en el minuto veinte en una jugada fruto de la indecisión de los centrales toledanos, que provocó la salida de Bermúdez, y Manu Busto, con gran rapidez pero con posible falta al portero toledano, envió el rechace al fondo de la red.

Al final las tablas hicieron justicia al conjunto del juego. El Oviedo, es cierto, tuvo ocasiones en la primera parte para haber desnivelado la contienda a su favor. Entre ellas figuran un disparo de Jandro desde la frontal y otro remate de Rayco, pero sobre todo un mano a mano de Miguel con Bermúdez que desvió el portero.

Sin embargo, en el segundo periodo el equipo toledano ajustó mejor sus marcajes y tuvo un fútbol más fluido en ataque, sin grandes ocasiones de gol, pero suficiente para que en una jugada aislada llegara el empate.