FELIPE TELLO


Felipe Tello, entrenador de la UD Santa Bárbara

Además de estar como profesor en un colegio, dedica muchas horas del día a trabajar el esmalte cerámico

Entrevista realizada por Emilia Angulo, publicada en el diario “El Alcázar” el 5 de noviembre de 1981


Felipe Tello quizá sea mucho más conocido, a nivel popular, como entrenador de la UD Santa Bárbara, pero además de dedicarse plenamente a esta profesión, Felipe Tello imparte clases, trabaja como profesor en un colegio de Toledo, y en las restantes horas del día, de la semana o del año, se encierra en su estudio mientras trabaja con paciencia, dedicación y voluntad, la cerámica, el esmalte cerámico, para ser más exactos.

Todo lo que sabe, todo lo que hace lo ha aprendido por sí mismo, por su cuenta y riesgo, claro. Durante algún tiempo fue a la Escuela de Artes, aprendió talla en piedra con Galato, y más tarde prefirió trabajar cerámica, que le llevó, por cierto, bastante tiempo experimentando, haciendo pruebas, hasta que de pronto, un día decidió exponer las obras que tenía hechas. Tuvo tanto éxito su trabajo, según cuenta Felipe, que a los veinte minutos de abrir la exposición, tenía todo vendido y también encargos que le ocuparían bastantes meses.

-Comenzaste, entonces, estupendamente tu carrera, Felipe…

-Sí, pero mi mayor experiencia surgió a partir de ese momento, porque todo lo he aprendido trabajando, sobre la experiencia que he ido después adquiriendo se ve una evolución muy importante en mí. Lo que estoy haciendo ahora me ha llevado trabajo y miles y miles de cocciones hasta saber cuál es la técnica; puedo decirte que tengo cuadros que llevan hasta cinco cocciones, corren un riesgo porque, o bien se te pueden romper o haces algo distinto a lo demás y consigues así unas calidades muy difíciles de obtener.

Le gusta hacer cosas distintas

-Intriga bastante, la verdad, saber cómo logras repartir las veinticuatro horas del día: eres entrenador de un equipo de fútbol, trabajas como profesor y encima te dedicas a este oficio con seriedad ¿Cómo consigues repartir el tiempo haciendo tantas cosas, e incuso a lo mejor tienes otros ‘hobbies’ ocultos?

-Bueno, tengo un estudio en mi casa, en el que trabajo por las tardes o las noches, porque no suelo ver televisión y me quedo en el estudio bastantes noches hasta la una de la madrugada. Por otra parte, el fútbol me ayuda mucho, porque si no tuviera el fútbol hubiera buscado otras cosas. Es un ‘hobbie’, un relax físico que sirve de ayuda en mi vida.

-Recientemente has expuesto en la II Feria de Artesanía de Castilla-La Mancha ¿Cuál es tu opinión personal sobre ella? ¿Cómo te ha ido?

-Personalmente, puedo decir que para mí ha sido fabulosa. El stand lo ha visitado mucha gente y han tenido elogios para las obras que exponía, y eso para mí ha sido lo más importante de todo. Pienso que esta feria me ha dado a conocer al público, que es suficiente para mí.

-Además de cuadros, en unos relojes de pared haces la esfera con esmalte cerámico también. Supongo que costará mucho trabajo.

-Sí, es un tanto complicado, más que nada porque hay que acoplar la maquinaria, ajustar un mecanismo delicado, pero consiste en tener paciencia y voluntad, nada más. Cada reloj es una pieza única, no me gusta trabajar en serie ni repetir piezas, creo que es aburrido.

Prefiere paisajes y temas rurales

-¿Repites habitualmente los temas o te gusta cambiar?

-Bien, sobre esto que me dices tengo una experiencia que no me gustó nada, porque cuando expuse la primera vez cerámicas, mucha gente me pidió cuadros sobre determinados temas que había en las exposiciones. Al vender todo lo que tenía expuesto tomé una serie de encargos sobre Toledo que terminé aburrido por completo. A partir de entonces hago lo que realmente me gusta, aunque también es cierto que en esmaltes nunca salen iguales las piezas, siempre existe algo que cambio. De cualquier forma no me gusta hacer cosas o cuadros repetidos.

-¿Y qué temas prefieres personalmente?

-Me gustan especialmente los paisajes, porque lo figurativo es difícil que quede bien, prefiero paisajes, motivos rurales, porque resultan más atractivos. Ahora pienso trabajar el barro, ya tengo un torno y después de la exposición que estoy preparando, me dedicaré a ello.

-Esta exposición, Felipe ¿Cuándo la vas a presentar?

-Está prevista para el 27 de noviembre, en el Palacio de Benacazón.

-Pero si, como dices, has vendido todo en la Feria de Artesanía ¿Qué obras vas a llevar? Porque queda poco tiempo.

-Ese es mi problema actualmente. Como decía, en la feria he vendido absolutamente todo, pero he tomado la precaución de decirle a la gente que me pedía cuadros que los encargara en mi próxima exposición, para no quedarme sin ellos porque, claro, una cerámica no se puede improvisar ni hacer rápidamente, sino que lleva un proceso lento. Ahora estoy preparando algunos bocetos para hacerlos en estos días con vista a la exposición.

-Supongo que siendo tan activo como eres, quizá estará pensando en hacer otras cosas…

-Desde luego, no quiero estar parado sin hacer nada. Soy activo y hace poco tiempo he comprado un torno para trabajar el barro, quiero hacer formas, que me interesan bastante.

Conformarse con recuperar lo invertido

-¿Tienen tus obras una cotización elevada?

-No, no lo creo, porque quiero que pueda comprar mis obras toda la gente con facilidades, y después de las ventas o encargos que he tenido puedes suponer que no son nada elevados los precios. Como no vivo de esto, sinceramente, me conformo con tener para materiales, torno y ahora para el horno de que te hablaba. Pienso que es suficiente.

-Ya ¿Pero no crees que de alguna manera la gente, o por lo menos los que no te conocen, pueden pensar que una buena pieza es difícil que se cotice poco?

-Bueno, lo piensan, pero mis obras están ahí y cualquiera que me conozca o la vea puede ver claramente el trabajo que tienen y cómo están hechas ¿Sabes? No quiero poner precios altos porque si ya que no vivo de esto, prefiero entonces que al público le guste mi trabajo, del que estoy satisfecho. Vendo también bastante y no quiero aprovecharme vendiendo con precios elevados.