TEMPORADA 1971/72: TORREJÓN 2 – TOLEDO 0


El Toledo (2-0) encajó el segundo gol pasados cinco minutos

Un penalti inexistente facilitó la victoria del Torrejón

Extraordinaria actuación del meta Godoy

Crónica realizada por Ángel Friginal, publicada en el diario “El Alcázar” el 14 de diciembre de 1971


Con gran lleno en el campo de San Isidro, de Torrejón de Ardoz, se disputó el encuentro correspondiente a la Primera Regional, entre los propietarios y el Toledo, que finalizó con la victoria de los primeros por dos goles a cero.

Arbitraje

Dirigió el encuentro el señor Arias, auxiliado en las bandas por García Cabreros y Galindo Otero. Tuvo una primera parte muy aceptable pero, sin duda, presionado por la pasión de los graderíos, se cansó de ser ecuánime y se sacó un penalti de la manga, que facilitó la victoria del Torrejón.

Alineaciones

CD Toledo: Godoy; Castañeda, Coedo, Atienza; Pinilla (Herráez), Llarena; Marsal II, Verde, Carlos (Abadía), Marsal I y Viana.

Torrejón: Busto; Caliche, Escamilla (Quique), Martínez; Montero, Elvira; Jiménez, Meleiro (Chicharro), Barrios, Herrero y Javier.

Goles

1-0: Treinta minutos de la segunda mitad, cuando, con toda limpieza, Castañeda corta el avance de Javier, que teatralmente se tira al suelo. El señor Arias no lo duda y, ante las protestas de los verdes, Herrero consigue batir de penalti a Godoy.

2-0: Pasan ya cinco minutos del tiempo reglamentario, en un descuento que nadie se explicaba, cuando Herráez hace falta cerca del área, y que lanzada por Javier, salva la barrera y a Godoy.

El Toledo luchó bravamente

Muy felices se las prometían los incondicionales del líder, Torrejón, y hasta presumían anticipadamente de otra de las goleadas con que sus colores les vienen obsequiando en este campo de San Isidro, domingo tras domingo. Pero falto muy poco para que, por primera vez en el historial de esta categoría que se ha estrenado este año, conocieran su primer revés, y éste pudo estar a cargo del Toledo, si n hubiera sido por la caprichosa y hasta casi miedosa actuación del colegiado, cuando los verdes se habían apoderado totalmente de este buen equipo, que sin duda es el Torrejón, que veían cómo pasaban los minutos y el baluarte toledano, defendido en última instancia por un colosal Godoy, no había quién lo franquease.

Este comienzo corresponde a las postrimerías del encuentro, pero hasta llegar a la misma, tras setenta y cinco minutos de entrega total de la mayor parte de las huestes de Soto, los continuos ataques de los locales eran muy bien contenidos por Coedo y restantes compañeros de línea, siendo el único fallo, a nuestro juicio, en que delante no estuvieran a la altura de sus compañeros, un Carlos totalmente desdibujado y un Viana sin hacer nada positivo, porque el escaso, pero peligroso contragolpe toledano, ponía a prueba a ese estupendo guardameta que es Busto, aunque el que se llevara los aplausos fuera su oponente, Godoy, que ya a los doce minutos salvaba a su equipo de un posible gol, al detener un terrible disparo en gran paradón.

Un minuto después es Carlos quien no alcanza un balón, y el peligro lo conjura apuradamente Busto.

Con mayor presión del Torrejón, bien contenida por la ordenada y elástica defensa verde, se llega al descanso, no sin antes Atienza salvar un gol que se cantaba en los graderíos.

El líder, muy nervioso

En esta parte, el Toledo vuelve a jugar con más serenidad si cabe que en la anterior, y pronto se registra la sustitución de Carlos por Abadía, que lucha y brega más, a pesar del fuerte marcaje al que le somete Elvira.

Pinilla, con una fuerte brecha en la cara, tiene que ser retirado, siendo sustituido por Herráez, sin que este cambio alterase el resultado por el momento, pero para eso estaba el público, que comenzó su recital con algunas notas fuera de tono, que llegaron al ánimo del señor Arias y su caserismo se hizo patente, y sería conveniente que a él también lo pudiera juzgar el Comité de Competición, en la imaginaria falta que se produjo en su imaginación, cuando el activo y seguro Castañeda quitaba un balón con toda limpieza a Javier, que como un mal actor, se tira al suelo, y lo que el Toledo no se merecía se produjo. Penalti, que se transformaría en gol, única forma de batir a Godoy, del cual tenemos registradas cinco o seis paradas de excepción.

La ducha de agua fría puso su color de desesperación y dramatismo en un equipo que no se merecía eso, cuando estaba conteniendo con toda limpieza y corrección las nerviosas ofensivas del Torrejón, pero el fútbol, señores, tiene reservadas estas cartas.

Con esta desmoralización, poco pudo hacer el Toledo, aunque al mayor de los Marsal le hacen poco después una clara falta, pero no estaba el santo del campo de parte verde.

Luego, el señor Arias, todavía llevó su arbitraje a límites de la intolerancia y prolongó el encuentro en cinco minutos más, cuando no había existido motivo para ello, y el Torrejón logró su segundo gol, que pudiera ser un resultado fácil para ellos, pero que en la realidad no se mereció, como al final reconocerían los más sensatos.