TEMPORADA 1987/88: TOLEDO 3 – CAMPILLO 0


El Toledo, que tuvo el santo de cara, disparó dos veces en jugada y logró tres goles

Crónica realizada por J. Eloy García Orozco, publicada en el diario “Ya” el 1 de marzo de 1988


Media entrada en el campo Municipal y 286.000 pesetas de recaudación. Césped en buen estado y tarde fría. Compañeros de otros medios de comunicación encontraron serias dificultades para acceder al campo y realizar su labor.

Alineaciones

CD Toledo: Fernando, Carrobles, Peña, Rojo, Mayo (Berrio, m.53), Rafa, Alejandro (David, m.53), Bermúdez, Miguel, Pimi y Garoz.

Campillo: Ramón, Pinaud, Avelino, Sevilla, Dominique, Osma, Nano, Huélamo, Michel, Campillo y Pedro (Tete, m.61)

Árbitro

Señor Montarroso, auxiliado por Muños y garcía de la Mora. Bien en la primera mitad y mal en la reanudación. Señaló como penalti una caída de Bermúdez en el área visitante, a quien Ramón había quitado el alón limpiamente. Expulsó a David por tarjeta roja directa, en el minuto 67, a Michel, por doble amonestación, minutos 18 y 72, a Garoz, por igual motivo, minutos 16 y 77, y enseñó tarjeta amarilla a Pedro, en el minuto tres, Carrobles, minuto 18, Ramón, minuto 65, Tete, minuto 81, y Avelino, minuto 82.

Goles

1-0: minuto 23, Alejandro recoge el balón en el centro del campo, profundiza y cede a Miguel, que de izquierda, de tiro raso, bate a Ramón en su salida.

2-0: minuto 52, Bermúdez, de penalti, a la derecha de Ramón, que llega a tocar.

3-0: minuto 90, jugada de Pimi por la derecha, cede a Miguel y éste a rafa, que dispara, rechaza Ramón, y Miguel, a puerta vacía, empalma a la red.

Comentario

Pocos encuentros tendrá el Toledo como el habido esta jornada frente la Campillo, en que haciendo lo mínimo, disparar en dos ocasiones a puerta, consiguió un resultado tan claro a su favor. Resultado engañoso para los méritos contraídos. En poco se diferenciaron toledanos y conquenses, en un encuentro malo de principio a fin, que se decantó ante los de Calderón, que supieron atinar en dos ocasiones con el marco del alocado Ramón. No nos olvidamos de una tercera, el penalti logrado por Bermúdez, pero es que aquello no fue una oportunidad, sino más bien un regalo del colegiado, que inició así su periplo como protagonista en la segunda mitad, señalando lo que él sólo vio.

Los locales tuvieron más acierto y suerte, pues sin ésta tal vez hubiera tomado otros derroteros. Pedro, en el minuto 14, y Osma, en el minuto 19, estrellaron en la cruceta dos claros balones en jugadas hilvanadas por la izquierda de su ataque, ante la pasividad de la zaga local, y quede haber entrado hubiesen sido una losa difícil de levantar por un Toledo que no estaba fino para empresas de envergadura. Solamente Alejandro parecía tener las ideas claras, enviando balones a las bandas y raseando el juego, contrastando con los continuos globos e indecisiones de unos y otros. De él partiría la jugada y el pase hacia Miguel, que sólo tuvo que empujar. Una acción personal les ponía en ventaja, y no podía ser de otra forma, porque careció de juego de conjunto. No obstante, ello no amilanó a los de Campillo, que vieron posibilidades de empatar, y antes de irse al descanso obligaron a Fernando a emplearse en dos ocasiones.

En la reanudación, y antes del inexistente penalti, los conquenses gozaron de una clarísima oportunidad, en una indecisión de la zaga local, que sirvió un balón a Pedro, pero se entretuvo en demasía y Fernando pudo controlar. El gol de Bermúdez, de pena máxima inexistente, sentenció el encuentro cuando la segunda mitad no había hecho más que comenzar, pero es que si los visitantes no habían conseguido marcar, con las ocasiones que tuvieron, sería difícil que en el tiempo restante dieran la vuelta al marcador, aunque la defensa toledana seguía empeñada, con cesiones comprometidas a Fernando, a facilitarle la labor.

A falta de otros alicientes, las entradas a destiempo de los contendientes sacaron a relucir el “tarjeteo” de Montarroso, que mandó a la ducha a David, Michel y Garoz, para aclarar, quizás, el horizonte que quedaba, pero que ni así veían los espacios libres, y el balón volaba. En los últimos cinco minutos, los de Calderón lograron hilvanar, ante la adelantada defensa visitante, las mejores acciones. Rafa, tras recibir un buen servicio de Pimi, quebraba al portero, y a escaso metros de la meta, cuando sólo tenía que empujar, resbalaba y el balón salía fuera. No era día de florituras. A continuación, Miguel si acertaría, tras rechazar Ramón un disparo del propio Rafa. Campillo justificó con creces su posición en la tabla. No así el Toledo, que estuvo a la altura de sus rivales, pero que tuvo el santo de cara.