TEMPORADA 1987/88: TOLEDO 0 – GIMNÁSTICO ALCÁZAR 2


Aunque sólo jugó a defender, el Alcázar derrotó al impotente Toledo

El árbitro escamoteó dos penaltis al equipo local

Crónica realizada por J. Eloy García Orozco, publicada en el diario “Ya” el 9 de febrero de 1988


Aceptable entrada en el Municipal Salto del Caballo, con 280.000 pesetas recaudadas. Césped algo irregular y tarde fresca, con sol al principio.

Alineaciones

CD Toledo: Fernando, Carrobles, Miguel, Pimi, Bermúdez, Rafa, Peña, José Luis, Antoñito (Garoz, m.61), Alejandro y David (Rojo, m.80)

Gimnástico Alcázar: Olmedo, Linares (Blázquez, m.86), J. Antonio, Fulgencio (Gascón, m.46), Vela, Muñoz, Carretero, Heras, Artesero, José María y Díaz.

Árbitro

Roncero Carrión, ayudado por Padilla Calero y Martínez Piñeira. Mal, sin paliativos, porque influyó en el resultado, dado que no señaló penalti en una entrada de Artesero a Garoz, en el minuto 85, y unas claras manos en el suelo de José María, en el minuto noventa. El resto de penas máximas que se le solicitaron no existieron. Perjudicó notablemente al equipo de casa en las tarjetas que vieron el local José Luis, minuto 69, y Heras, minuto 78, sin que hiciera lo propio con Vela, sobre todo, por sus reiteradas faltas sobre Bermúdez.

Goles

0-1: minuto 26, despiste defensivo entre Antoñito y José Luis, sin que ninguno despeje, y el balón llega franco a Heras que, desde fuera del área, engancha un precioso tiro.

0-2: minuto 93, contragolpe mortal de necesidad, José Luis no intercepta a J. Antonio, y éste cede al solitario Artesero, que hasta le da tiempo a prepararse el balón antes de marcar a puerta vacía.

Comentario

El Toledo estuvo mal, el árbitro anticastro, y el Gimnástico Alcázar todavía peor, pero éste ganó por 0-2, con un primer gol de regalo, aquel salió indemne y el equipo de Calderón lo intentó pero cosechó su segunda derrota a domicilio, cuando hizo méritos sobrados para haberse quedado con los dos puntos.

Muchas causas han influido en que el Toledo se fuera al descanso con un gol en contra. Por ejemplo, que tras una sucesión de oportunidades locales –Alejandro, minuto 5, David, minuto 7, Rafa, minuto 13, y Bermúdez, minuto 14- no atinaron con las redes de Olmedo. Que tras un tiro alto de Muñoz, en el minuto 22, José Luis y Antoñito no largaran un balón fácil y Heras adelantara a su equipo cuatro minutos más tarde. Que Alejandro, minuto 37, y Rafa, minuto 43, éste en bonita pared con Bermúdez, y en la mejor jugada del encuentro, rematara fuera. Entre tanto, intentos desordenados del descabezado Toledo por enlazar y triangular el juego, y un Gimnástico Alcázar que se defendía con muchas faltas, bien es verdad, pero que lo mismo que pudo encajar varios goles, demostró que tiene bien aprendida la lección del deficiente fútbol actual.

Penaltis fantasmas y reales

En el segundo periodo el juego fue tan insulso como en el primero, pero se veía cómo el Toledo abría el juego a los extremos, mantenía una continua presión sobre Olmedo y sus compañeros de retaguardia, pero los ataques verdes no forzaban las penetraciones y cuando lo hacían, caso de Miguel, en el minuto 52, algún defensor se adelantaba.

Pudo cambiar la decoración si un gran centro de Carrobles en apertura del flojo David –se notó su ausencia del equipo a la hora de forzar la máquina- y el consiguiente cabezazo de Pimi, en el minuto 53, va un poco más bajo y no da lugar a que el larguero lo rechazara. Comenzaba a buscarse el penalti salvador, que no llegaría, como en el minuto 64, que no lo pareció, con tiro postrero de Rafa, que Olmedo acertó a despejar.

En el minuto 68, Garoz se tira en el área sin que el árbitro pique, y en el minuto 80 Garoz remata muy suave y Olmedo ataja sin problemas. En el minuto 84, Carrobles ejecuta una falta directa con maestría, pero el palo derecho lo manda fuera. Un minuto más tarde Bermúdez penetra en el área, la zaga corta de raíz el intento, pero no queda ahí la cosa, porque le llega a Garoz y Artesero le desplaza por detrás sin que el árbitro se inmute, o con el tiempo a punto de cumplirse, cuando un balón entre Pimi y Miguel lo corta J. Antonio con la mano en el suelo, y el árbitro hace oídos sordos a la bronca de la parroquia, quizá cansado de escuchar la misma cantinela. Con el tiempo sobrepasado llegaba el segundo tanto visitante.

Lo injusto del fútbol había quedado grabado una vez más en las retinas de unos y otros, porque el Toledo no tuvo su día bueno, pero así y todo fue muy superior a un Gimnástico Alcázar que se limitó a defender su renta del primer tiempo, con agobios, problemas y apuros.