TEMPORADA 1987/88: TOLEDO 2 – MANCHEGO 1


Peiró Viana, mal asistido, casi noquea a un Toledo medio “groggy”

El modesto Manchego pudo llevarse un positivo

Crónica realizada por J. Eloy García Orozco, publicada en el diario “Ya” el 26 de enero de 1988


Floja entrada en el Campo Municipal, con 234.000 pesetas recaudadas. Terreno blando y tarde nublada. Luz artificial desde el minuto 46. Al finalizar el partido hubo tángana entre Pimi y Torres I, con palabras y escarceos entre ambos, y nervios y tensión en los vestuarios.

Alineaciones

CD Toledo: Fernando, Miguel, Antoñito, Pimi, Alejandro, Rafa, Peña, José Luis, Berrio (Plaza, m.94), Bermúdez y Mayo.

Manchego: Torres I, Carlos, Carco, Pinto, Chuli, Nani, Miguel Ángel, Samuel, Peláez, Luis Ramón y Asterio (Carrón, m.70)

Árbitro

Peiró Viana, mal ayudado por Gamio Núñez y Díaz López. Muy mal, se empeñó en sacar tarjetas haciendo caso omiso de la deportividad existente, dañando el espectáculo y pudiendo haber provocado un altercado de orden público, aunque hizo que el partido se complicara lo suficiente y que los nervios afloraran innecesariamente. Muy “chulito”, siguió el juego de lejos y perjudicó mucho al Toledo. No señaló penalti en el minuto 26 a Miguel, por empujón de Chuli. Cortó siempre el juego y aburrió a propios y extraños con sus ilógicas decisiones. Tarjetas para Fernando, Miguel, Peña, Mayo, y doble en el minuto 81 para Pimi, por los locales, y Torres I, Nani y Asterio por los visitantes.

Goles

0-1: minuto 24, centro de Samuel desde la derecha y Luis Ramón marca a placer, ante el error defensivo.

1-1: minuto 44, internada de Miguel, que es cortada por Pinto, y el claro penalti lo transforma Bermúdez.

2-1: minuto 59, corner que bota Rafa y Pimi mete la cabeza con habilidad y valentía.

Comentario

Toledo y Manchego fueron un cúmulo de despropósitos en un partido, que si por algo será recordado, es por la bronca final entre Pimi y Torres I, y la deplorable actuación del árbitro, que complicó un partido más que malo, no queriendo él ser menos y “alegrando” el juego con calenturas impropias de una persona en su sano juicio.

Manuel García Calderón era claro y tajante al señalar que “mi equipo ha hecho el peor partido desde que yo estoy aquí” y se preguntaba “¿Es fácil que con la coacción que se ha sufrido –ya se sabe de quién- los jugadores no perdieran los nervios?”, para entonar el mea culpa, suyo propio “porque cuando no se juega bien, el entrenador también tiene su parte de responsabilidad”. El Toledo jugó muy mal, cierto, el Manchego demostró que es un equipo joven, inexperto y del “montón”, también verdad, el colegiado impartió de todo menos justicia, evidente.

El Manchego, luchador

Con estas premisas, el que no haya visto el partido puede sacar una clara conclusión: el Toledo ganó porque hoy día está muy por encima de un Manchego voluntarioso, luchador, más preclaro de ideas, pero que está a años luz del equipo toledano, aunque también pudo llevarse un punto de no haber sido por un error o resbalón del meta visitante, que ocasionó el corner que daría lugar al segundo tanto. Y es que el Manchego estuvo menos tenso que el Toledo, porque en el minuto seis Antoñito salvaba el gol bajo la línea, cuando Peláez disparó engañando a todos.

El ramplón Toledo pudo ponerse por delante en el minuto catorce, pero el tiro de Rafa a bocajarro, tras perfecta pared con el inteligente Bermúdez, lo intuyó Torres I. Era un atisbo de lo que podía ocurrir, porque el Manchego se adelantó en el tanteo en clamoroso error de la zaga, y el sufrimiento del Toledo se mantendría al no señalarse un claro empujón de Chuli a Miguel, que sería menos cuando Bermúdez transformó el penalti cometido sobre el propio Miguel, quien estuvo pícaro y astuto en su penetración.

El segundo periodo fue de ineficaz dominio toledano, aunque era el Manchego el que mostraba mejor temple y mayor disposición sobre el rectángulo de juego, que no había perdido los nervios por las lamentables decisiones de Peiró Viana y se mantenía en sus trece de aligerar su carga de negativos. Un tiro de Peña, en el minuto 47, y otro de Rafa, en el minuto 51, mantenían la tensión de poder adelantarse en el marcador al Toledo, que lo conseguiría Pimi cuando iba a cumplirse el primer cuarto de hora de la reanudación, aplacando la crispación que comenzaba a dejarse notar en los verdes por el concierto de silbato del “de negro”.

Volvió a demostrarse que la zaga está muy insegura –el reaparecido Mayo estuvo muy flojo- el centro del campo notó la ausencia de David, porque Berrio estuvo desdibujado, Alejandro estuvo como ausente y sólo Rafa apretó, mientras que el ataque estuvo atolondrado y sin dar la medida de sus auténticas posibilidades. El Toledo pareció como si hubiera sido presa de una “pájara”, y más de un jugador estuvo “groggy” muchos minutos y a punto del KO por culpa del árbitro.