MARTÍN JUANES PORTALES


Martín Juanes Portales, presidente del CD Toledo: “El exceso de divismo ha tocado a su fin y, si es preciso, traeré jugadores de otras regiones”

Entrevista realizada por Ángel Friginal, publicada en el diario “El Alcázar” el 27 de septiembre de 1972


Tras el comentario del encuentro del pasado domingo, y otra posterior información nuestra al respecto, sabíamos que en el seno directivo del Club Deportivo Toledo se iba a producir una fuerte reacción, no haciéndose esperar la misma, y una vez más su presidente, señor Juanes Portales, no se ha andado por las ramas a la hora de enjuiciar la marcha de los acontecimientos que abordamos de plano.

-Señor presidente ¿Qué les pasa a los jugadores?

-Para muchos pueden ser causas inexplicables, pero no para mí, que ya he tomado medidas drásticas para anular totalmente ese exceso de divismo y el creerse superiores antes de jugar los encuentros, desestimando al contrario, y no estoy dispuesto a perder el timón.

-¿No habrá otra causa?

-No la puede haber cuando a todos los jugadores se les ha abonado hasta el último céntimo, y esto creo ha sido mi tremendo error, ya que nuestro deseo era el de que todos estuvieran satisfechos y conscientes de la responsabilidad que tiene contraída, pero como no están respondiendo en la misma medida, no tenemos más remedio que cambiar de sistema.

-¿Pero esto puede ser contraproducente?

-Ya te digo que estoy preparado y los que no luchen como corresponde serán retenidos por el tiempo que estimemos de justicia, y si es preciso ficharé a catalanes, vascos o allí donde puedan estar los jugadores que puedan ascender al Toledo.

-¿Cómo ha dicho?

-Ascender, y no rectifico, ya que estas jornadas están siendo anormales, y a pesar de que tras la derrota con el Uralita tuve una reunión con todos los jugadores, la disculpé en parte por eso de las lesiones. Luego, se ganó en Móstoles, para agravar la situación con el Acueducto, pero te repito que esto no se producirá más, como asimismo esas apuesta que por creerse superiores se cruzan los jugadores, “de si yo voy a marcar hoy dos o tres goles”. Esto, y otras medidas que ya se han tomado.

-¿Se pueden conocer?

-Por cada punto que se pierda en casa, mil pesetas, y por las derrotas, dos mil, descontándose de sus remuneraciones por pérdida de sus respectivos jornales.

-¿Y por la actuación del domingo pasado?

-Aunque comprendo que no todos son culpables, en estos momentos no estamos para hacer distinciones, y las sanciones oscilarán entre las mil y cinco mil pesetas.

Antes esto damos un corto silbido, pero enseguida nos ataja el presidente.

-Por favor, no silbes, que aunque a algunos les parezca excesivo, las derrotas me duelen más que a cuarenta aficionados juntos, pero los aficionados tiene toda la razón y se merecen otra cosa, por su apoyo incondicional y confianza en que el equipo ocupe el rango que le corresponde, y no dudaré para conseguirlo en cargarme a hombres y nombres, si éstos no dan de sí todo lo que saben y pueden, como ya demostraron ante equipos de superior categoría, como su buen encuentro ante el Atlético de Madrid, sus victorias ante el Talavera y el Santa Bárbara, y el empate frente al Moscardó y, en cambio, no se puede uno explicar lo que está sucediendo, pero si nuestros buenos tratos creen que han engendrado la memería, están equivocados, y las sanciones continuarán, habiéndoles dado un ultimátum.

-¿Cuál es?

-Ganar en los cinco próximos encuentros para devolver la confianza que en ellos depositamos todos. Caso contrario, todo lo que he dicho de retenciones y traer a otros jugadores se llevará a cabo.

-¿Algo más?

-Sin duda en el próximo encuentro, frente al Daimiel, los jugadores puede que salgan algo nerviosos y, una vez más, pido a nuestros aficionados un gran favor, que sean benévolos en esta ocasión con los jugadores en el terreno de juego, para que esta recuperación que todos ansiamos se produzca ya de una vez, para conseguir el ascenso que, tras todo esto, será mejor celebrado.

-Así están las cosas por el ‘cuartel general’ del equipo representante de la capital, del que a pesar de todo tenemos que continuar alimentando esperanzas de que todo cambiará, pero, eso sí, pronto, para olvidar pasados errores y que la paciencia no se agote.