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Luis Cardeña Gálvez
14/09/2017
TEMPORADA 1980/81: MOSCARDÓ 4 - TOLEDO 0.
 
 

TEMPORADA 1980/81: MOSCARDÓ 4 - TOLEDO 0


Los rojiblancos de Usera pusieron a prueba a Del Río, la gran figura del encuentro

Cuarenta y dos minutos aguantó el Toledo al Moscardó

Crónica realizada por Ángel Friginal, publicada en el diario “La Voz del Tajo” el 17 de septiembre de 1980



En el ‘Román Valero’ de la madrileña barriada de Usera, se disputó el segundo encuentro de Liga, entre el Moscardó y el Toledo, con triunfo de los locales por cuatro goles a cero, tras haber ya cobrado ventaja de un gol en la primera parte.

Árbitro

El encuentro fue dirigido por el colegiado castellano señor García Fuente, que en el minuto 39 expulsó del terreno de juego a Cote y Anadón, que habían tenido un pequeño intercambio de golpes. También, en el minuto 25, mostró cartulina amarilla a Pérez González, por zancadilla a Ocaña, disculpándose el madrileño. Por lo demás, pasó desapercibido, lo que sabido es que equivale a decir buen arbitraje.

Alineaciones

CD Toledo:
Del Río, Ocaña, Aroca, Alfredo, Cote, César, Rayuela, Enrique (Manolo, m.75), Javier Díaz, Dierking y Verdugo (Carlos, m.46)

CDC Moscardó: Valbuena, Muñoz, López Agudo, Amadón, Álvarez, Serna, Pérez González, Bernabéu (Terés, m.61), Gordillo (Sarraseca, m.86), Quique y Quini.

Goles e incidencias

1-0: 42 minutos de juego, internada de Gordillo por la izquierda, que no puede interceptar Ocaña, y el centro del ariete, matemático a la cabeza de Álvarez, que en la misma boca de gol no desaprovecha.

2-0: 60 minutos, César y Del Río no llegan al balón, pero sí Quini, cuyo primer disparo es repelido por el poste y el rechace, sin casi ángulo de tiro, se cuela inverosímilmente por la escuadra.

3-0: 69 minutos, de nuevo jugada de Gordillo, también por el ala izquierda, para que sea el otro volante del Moscardó, Serna, el que bata imparablemente a Del Río.

4-0: 85 minutos, jugada trepidante y rapidísima, de nuevo por el ala izquierda, con centro largo y empalme fulminante desde la derecha, sin botar el balón en el suelo, de Quini, que entra como una exhalación, cerrándose, de esta forma, el marcador.

Encuentro jugado virilmente, con algunos choques, pero con verdadera corrección, en lo que podemos llamar partido de Liga. Regular entrada en el espacioso y bonito estadio del Moscardó, con bastantes seguidores del Toledo, y en donde el Moscardó lanzó doce saques de esquina sobre el portal de Del Río, por uno tan sólo del Toledo ante el de Valbuena.

Otra experiencia para el rodaje liguero

No, no quiere ser uno de tan optimista o tan necio, deportivamente hablando, que quiera comparar el actual conjunto del Moscardó con el actual Toledo, pues la diferencia es bien notoria y notable, pues mientras los madrileños cuentan con todo en sus filas, en el experimental del Toledo se tiene que comprender que participan prácticamente hasta un total de ocho debutantes en categoría nacional, en este su primer desplazamiento de la temporada. Y en cada base, cada uno de antemano sabe con el potencial que se cuenta, al margen veleidades del juego, y si el Moscardó logró cuatro goles, costándole llegar a conseguir el primer, es cierto que pudo haber aumentado más su cuenta, que evitó en primer y primordial lugar el guardameta verde Del Río, en mañana de inspiración y aciertos, y esto, dentro de la derrota, puede ser un buen hallazgo, pues el hombre, hasta este encuentro, estaba bastante desmoralizado, desde su encuentro amistoso de Aranjuez, en donde por aguantar el partido lesionado, le pudo haber costado después un serio problema en su titularidad.

Hasta aquí, de acuerdo con el resultado y lo dicho, pero lo indignante y hasta despiadado, es que ahora, y por medios de difusión madrileños, se ataquen tras el encuentro sin piedad a estos jóvenes jugadores y hasta al Toledo, cuando han sido siempre los mismo los que vertían sus ira ante los pasados equipos verdes, por eso de si de ‘viejos’, ‘millonarios’, ‘despilfarradores’, etc. ¿En qué quedamos, amigos? Pero esto no debe de pesar en el ánimo ya de nadie, y el Toledo sabe lo que tiene, y dentro de sus actuales posibilidades, haciendo lo posible por ‘taponar’, tiene que seguir con su sistema, que a la larga siempre será mejor que el de dar que hablar a los acomodaticios y buscadores de lo sensacionalista. Aquí lo que se precisa son voces de ánimo y de levantar la moral a los noveles, sin que a estos se les suba a la ‘azotea’ el juego de este o aquel partido más brillante, esto es casi más malo que lo que puedan decir desde fuera, o si me apuran, desde dentro de la misma casa.

Ánimo pues, repetimos nosotros, pues cada encuentro tiene su pequeña historia y se tiene que hacer diferentes unos de otros, como el mismo fútbol nos tiene enseñados. Que dicen y critican sin fundamento, ya se cansarán, pues se parte de la base real de que esos nunca jamás vendrán en tiempos de inquietudes a resolver problema alguno al histórico equipo, a no ser el de hundirlo más aún de lo que pudiera estar, de reincidir con pasadas ‘aventuras’ o ‘alegrías’.

Y como mentalizados estamos, que lo de este último domingo se quede tan sólo en nueva experiencia, y pronto los menos adaptados la onda de su nueva categoría y se comporten como jabatos.

Se aguantó bien la primera parte

Con mayores acercamientos a la puerta de Del Río, que a la propia área de Valbuena, se jugaban los primeros minutos, en donde el conjunto madrileño, si bien dominaba mejor la situación, les costaba trabajo el hacer su planteamiento, y cuando ya se mostró más certero, el disparo del peligroso Quini es desviado magistralmente de puños por Del Río a la esquina. Era el primer síntoma bueno del portero verde, bien arropado por su línea de retaguardia.

Con el balón sin inquietar mucho a los guardametas, se consumen los minutos, y en falta sobre el portal de Valbuena, Aroca, en distancia idónea, lanza fuera el esférico. Poco después, cabezazo de Gordillo, que sale por encima del travesaño, luciéndose a continuación Del Río, al interceptar balones que llevaban camino de la red.

Falta poco para llegar al descanso, y a falta de seis minutos son expulsados Cote y Anadón, que toman anticipadamente el camino de los vestuarios, no tardando en producirse la jugada de Gordillo y el gol del volante Álvarez, que había acudido al centro de su compañero.

El Toledo se encorajina con este gol y Dierking, en la única jugada de peligro de ataque, a punto está de batir a Valbuena, pero su derechazo sale lamiendo el poste, dando tiempo aún para que Del Río se vuelva a lucir con otro buen paradón.

Hay que aprender a no desmoralizarse

En la reanudación, un claro peligro que observamos al Toledo, y es que cuando vuelve a encajar otro gol se desmorona totalmente, y así es cuando ya es presa fácil para el adversario, pues tras los aciertos de Del Río, en esta nueva fase, llega en el minuto quince el gol de porfía, pero de mucha suerte, de Quini, y lo mismo se acusa ya grandemente, y es cuando en otra habilidad de Gordillo, aunque muy marcado por Ocaña, se perfora por tercera vez la puerta verde, sin que antes de esto Javier Díaz, en su única oportunidad de disparo, lo pueda transformar, al disparar por encima del larguero de Valbuena. Faltó, eso sí, entre cada gol madrileño, que el contragolpe verde hubiera acertado con alguna diana, pues también tras el cuarto y último de la tarde, el disparo de Rayuela lo detiene muy bien Valbuena.

Y aquí ya se acabó todo, en donde vimos un Moscardó que francamente nos gustó, con unos Álvarez y Serna que empujaron de lo lindo, sin que se pudiera cerrarlos el paso, lo que provocó el desenvolvimiento de Quique y la rapidez y las permutas de puestos del escurridizo Quini, que supieron aprovechar las genialidades de Gordillo. Pocas, pero certeras.

Del Toledo, en plano preferente, Del Río, que poco o nada pudo hacer en los cuatro goles encajados, y que es mejor, recuperada su perdida moral. Aroca y César, cuando no se entretenían con el balón, y la movilidad de Manolo, aunque jugó muy pocos minutos, pero es evidente que el gran lateral volverá pronto a coger su forma y sitio.


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