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Luis Cardeña Gálvez
21/11/2016
TEMPORADA 1990/91: TOLEDO 1 – ATLÉTICO SANLUQUEÑO 0.
 
 

TEMPORADA 1990/91: TOLEDO 1 – ATLÉTICO SANLUQUEÑO 0


Un penalti a Paco evitó el infarto

El árbitro creyó pena máxima en una caída de Paco, en el minuto 75 del encuentro

Crónica realizada por J. Eloy García Orozco, publicada en el diario “Ya” el 4 de febrero de 1991



Municipal Salto del Caballo. Apenas un cuarto de entrada y pírrica recaudación, 370.000 pesetas, según declaró el presidente. Césped en buen estado. Luz artificial, muy deficiente, desde el minuto 69. El Sanluqueño lució la segunda camiseta local ¿No sabía que el Toledo viste de verde?

Alineaciones

CD Toledo:
Yuste I, Ávila, José Luis, Maíto, Corchado, Lozano, Lolo, Dani, Luisito, Ballester (Arroyo, m.73) y Paco (Aguilar, m.86)

Atlético Sanluqueño: Torrano, Bejerano, León, Quiqui, Hernández, Antolín (Alfaro, m.83), Juan Moreno, Piriz, Ruiz Mateos, Dieguito (Santos, m.77) y Blanco.

Árbitro

Méndez Martín, ayudado por Maderos Martín y Rivero Torres, del colegio tinerfeño. Bien, salvo en la acción decisiva del penalti, en la que ‘tragó’. Tarjetas para José Luis, Lozano, Ávila, Dieguito, León, Juan Moreno y Antolín.

Gol

1-0, minuto 75: Lolo manda a Paco, éste penetra en el área, le sale Torrano, cae el delantero y el árbitro pica. El penalti lo tira Dani, mal, que entra tras tocar Torrano.

Comentario

Cuando parecía que el Toledo consumaría su octava jornada consecutiva sin conocer la victoria –el 6 de siembre ante el Córdoba- a un cuarto de hora para el final, el de siempre, Paco, se cayó en el área –buscó el penalti salvador- y el árbitro tinerfeño, Méndez Martín, picó. Era suficiente, aunque hasta el pitido final la angustia y zozobra atemorizó al equipo verde, que al final se salvó, por los pelos, del infarto.

Se había salvado el resultado, que es lo que quería Iglesias, aunque no la paupérrima impresión que ofreció a los cada vez menos aficionados que se dan cita en el Salto del Caballo, hartos de contemplar insulsez, aburrimiento, ni una jugada digna de mención, tota ausencia de espectacularidad, y en cima, marrullerías y torpeza absoluta. El triunfo no tapa la anarquía reinante en el juego y sí que el equipo estuvo durante 75 minutos enfilando la cuesta abajo, que se percibe y nota desde hace tiempo.

El técnico local puede decir que el equipo es distinto. Nada más lejos de la realidad, si se exceptúa que hubo coraje, garra, entrega y amor propio por ganar, pero absurdas prisas –como si la Liga se decidiera en noventa minutos- e inoperancia total para crear acciones con sabor a gol y marcar la pauta propia de un equipo que actúa de local. No se vio nada, y es mucho decir.

El partido, en ocasiones podía resumirse en un tiro a las nubes de Paco, en el minuto 17, tras parar y templar, solo ante Torrano, un cabezazo alto de Luisito, en el minuto 61, y la jugada ya citada de la caída de Paco que acabó en gol, mientras el vulgar pero experimentado Sanluqueño, sólo en el minuto noventa, e tiro de Piriz que atajó con apuros en dos tiempos Yuste, fue todo el trabajo que resolvió el meta local. Una sinopsis rápida que desmiente las declaraciones de los técnicos, que hablaron al final de que tuvieron ocasiones.

Los noventa minutos fueron una ‘pasada’ total. Era difícil ver peores equipos que Telde o Linense, por citar dos de los que han pasado por el Salto del Caballo, pero es que el Sanluqueño del ‘cegato’ Pedro Buenaventura de lleva la palma por ahora, ya que sólo tuvo certeza que iba a empatar a base de ‘abatir’ las piernas, cuerpos o cabeza de todo rival que llevara la camiseta verde –querría desquitarse de no llevarlas ellos- siempre en el medio campo, y emplear la contundencia defensiva.

El Toledo, ardoroso como no se ha visto hasta ahora en su casa, mantuvo gran presión en el medio campo, pero su aceleramiento le llevó a perder el cuero al intentar el tercer pase, cuando no el segundo.

La excepción a esto, Ballester, que aparte dejara a Luisito sin misión concreta –a ambos se les supone cerebros, pero parecen repelerse- se empeñó en ‘torpedear’ con faltas y corners a sus compañeros y rivales, que acabó en el justo momento, dos minutos antes del gol.

Hasta ahí Luisito llegó a jugar de delantero centro, ya que Dani sigue campando a su aire –debió jugar en punta en la primera mitad, que no hizo, e Iglesias sólo le convenció de su lugar en el primer cuarto de hora de la reanudación.

Una vez el Toledo encontró su orden lógico, y eso que Ávila y Lolo se perdieron en el toma y daca, balón va, balón viene, del resto que exasperó a todos los aficionados en esta mitad, llegó la jugada decisiva.


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