TEMPORADA 1990/91: MÉRIDA 0 - TOLEDO 0


El Toledo lavó un poco más su imagen a costa del colíder

Los de Lorenzo pudieron marcharse al descanso con un par de goles a favor, y en la segunda, se limitaron a controlar al Mérida

Crónica realizada por Ángel Alberola, publicada en el diario “Ya” el 10 de diciembre de 1990


Campo Municipal de Deportes de Mérida. Buena entrada. Tarde soleada, pero fría, y terreno de juego en irregulares condiciones.

Alineaciones

Mérida: Rodri, Edu (Álvarez, m.80), Marrero, Ricardo, Toribio, Carrasco, Javi II (Pía, m.46), Alegre, Botella, Barrio y Pariente.

CD Toledo: Arévalo, Ávila, José Luis, Maíto, Corchado, Aguilar, Lozano, Dani, Diego (Pimi, m.89), Luisito y Paco.

Árbitro

Morris Andrade, del colegio andaluz. Tuvo una buena actuación, sin complicaciones de ningún tipo. Tarjetas amarillas para Marrero, Alegre, Botella, Lozano, Diego y Paco. Expulsó a Ávila, en el minuto 75, con roja directa por insultar al colegiado.

Comentario

El Toledo consiguió un meritorio empate en Mérida, colíder junto al Badajoz antes de comenzar el encuentro, y la realidad es que el conjunto toledano mereció más, ya que dispuso de las mejores ocasiones del partido y no fue el cuadro débil que en un principio esperaba el equipo emeritense.

La primera mitad del Toledo fue primorosa, ‘comiendo el coco’ a su rival. El equipo de Paulino Lorenzo dominó el ‘cotarro’, y su mejor arma fue el que estuvo soberbiamente plantado sobre el campo, controlando sin problemas y maniatando siempre al Mérida. Los toledanos dispusieron de claras ocasiones que no supieron culminar. En el minuto nueve, un centro medido de Ávila a Paco, quien se desmarcó perfectamente dentro del área, pero el tiro del goleador toledano salió cruzado en exceso tras rebotar en un defensor del Mérida. En el minuto diez, de nuevo Paco tuvo en sus botas la opción de adelantar al Toledo en el marcador, sin embargo, en esta ocasión, la vaselina del delantero toledano se marchó por encima del larguero, con el guardameta local batido.

Fueron dos acciones claras que acobardaron a los locales y enmudecieron a la parroquia local. El Mérida no acababa de entrar en juego, mientras el Toledo, crecido y motivado, era el dueño y señor de la situación, jugando con desparpajo y tuteando al líder, que acabó desbordado y sin sitio. El Mérida no llegó con claridad a los dominios del meta Arévalo en esta mitad, mientras el Toledo tuvo aún otra ocasión más, al filo del descanso, por mediación de Diego, que salvó el guardameta Rodri in extremis con los pies.

En la reanudación, se esperaba que el Mérida fuese a más, despertarse de su letargo y al menos plantarse cara al Toledo, cosa que no se había visto por ningún lado, y así sucedió. El Mérida fue a más y pasó a dominar territorialmente a un Toledo que no llegó a pasar apuros, pues tan sólo un tiro de Álvarez, que entró en la segunda mitad en sustitución de Edu, que repelió un palo, fue el único bagaje claro ofensivo del conjunto local.

Por su parte, el Toledo, bastante centrado, tuvo al contragolpe una clara ocasión por medio de Luisito, quien, tras buena triangulación atacante del equipo toledano, lanzó por encima del larguero cuando el gol parecía cantado, incluso el efecto óptico dio a entender a los presentes que el balón había entrado. En los últimos quince minutos jugó con un hombre menos por la expulsión, tonta y absurda, de Ávila, quien insultó al colegiado. El Mérida, con un hombre más, se fue arriba, pero en ningún caso puso en aprietos al meta Arévalo.

Al final, el Toledo consiguió un valiosísimo punto positivo, que sabe a gloria, pero que evidentemente, una vez visto el partido, sabe a muy poco, porque el conjunto toledano mereció más por ocasiones creadas y juego desarrollado en la primera mitad, sobre todo, en el que sorprendió a propios y extraños. El caso es que el Toledo, cuando más difícil lo tenía, ha resurgido de sus cenizas, y el triunfo del jueves y el empate de hoy hacen que el equipo ‘lave su cara’, tras unos aciagos encuentros en los que llegó a perder con equipos en teoría con peor nivel que el equipo verde, caso de Marino y Los Boliches. Ahora espera el ‘gallito’ Granada.