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Redacción
11/02/2016
1984: EL CD TOLEDO, AL ASALTO DE SU SEXTO TÍTULO DE CAMPEÓN (7).
 
Foto ilustrativa del artículo
 

EL CD TOLEDO, AL ASALTO DE SU SEXTO TÍTULO DE CAMPEÓN (7)


De sus doce intervenciones en la Copa de Castilla

Artículo realizado por Ángel Friginal, publicado en el diario “El Alcázar” el 24 de enero de 1984



Paulino Lorenzo Martín Rodríguez, ese toledano, de los primeros que uno conoció, cuando en mi niñez en 1942 arribé a esta, para mí, mi ciudad de adopción, y del que tanto tengo que hablar y decir, pero que mientras se encuentre en sus misiones de ‘míster’ y técnico del Toledo no lo diré, es el hombre que más sufrió en aquella fría y triste noche de Alcorcón, encuentro de vuelta de la final de Castilla de 1977, cuando en las postrimerías del encuentro, con el marcador empatado a un gol (1-1), vio con sorpresa que el caserismo descarado del señor Ortega Porras decretaba penalti contra el portal verde, defendido en la ocasión citada por Periqui, guardameta suplente, al no haber podido alinearse Braojos II por lesión.

Qué descaro, madre, la de aquel señor vestido de negro que nos hizo tiritar más de la cuenta, por si el frío reinante no lo pudiera hacer más. El Alcorcón, por medio de su sevillano exterior zurdo, Emilio, se adelantaba en el marcador, y acto seguido, al final del tiempo reglamentario, y a jugar la prórroga, puesto que en el Municipal los amarillos de Santo Domingo habían perdido por 2-1.

Después, la clásica merienda de negros, y para justificar lo que no tenía ídem… pitó en el último segundo un penalti contra el portal madrileño, que transformó el mallorquín Parera, pero ese 4-2 fue una auténtica vergüenza, y el Toledo que era desposeído de un título de campeón de Castilla, que en buena lid se había hecho acreedor.

Antes de que todo esto sucediera, el Toledo se disponía con ese equipo, mitad levantino, mitad andaluz, a retornar de nuevo a la Tercera División, pues la incesante subida y bajada de categoría nos hacía recordar a esos ascensoristas que no paran en todo el día de pulsar el botón en cualquiera de los hoteles que se puedan visitar.

La Tercera División se consiguió, pero simultaneando la Liga se disputaban las fases eliminatorias de la Copa de Castilla y así, en primer lugar, el equipo que era eliminado, fue el Vallecas, por 0-1 –gol de Dani- y 2-1 –García, de penalti, y Antoñito-. En Villaverde se consigue, frente a Atlético de Madrid –campo del Boetticher- un empate a cero, para en el encuentro de vuelta ser Parera el que daba la victoria y la siguiente eliminatoria al Toledo y así viajar a Ciudad Real, en donde el Manchego no perforó la puerta defendida por Braojos II, ni el Toledo, a pesar de algunos goles injustamente anulados, la del cancerbero mancheguista, que o era Alba. En Toledo, con los goles de Díaz y Gordillo se eliminó al equipo representativo de La mancha, y el Ciempozuelos, que recibe al Toledo, y que ve cómo con los goles, o golazos, de aquel partido de Parera y Gordillo, se les ponía con ese 0-2 muy cuesta arriba la eliminatoria en su visita a Toledo, que así fue, pues de nuevo el Toledo derrotaba a los madrieños por 3-1, con goles de Seano (2) y Díaz. Y el Toledo a la final frente a su moderno y difícil rival de Alcorcón.

El sorteo da primero el encuentro en Toledo, y un defensa madrileño, en propia puerta, y Parera, consiguen los goles para los verdes. Mate –después jugador verde- ogra el tanto del Alcorcón, y con ese solitario gol de ventaja se marcha a Alcorcón, donde tras el primer gol madrileño, Braojos I empata el encuentro dando ventaja al Toledo, que la consigue hasta el último minuto, donde la gracia, poco sevillana, del señor Ortega Porras, echó el jarro de agua fría, por si la nochecita de marras necesitaba de más hielo.

Así, como queda reflejado, legó el tercer subcampeonato para el Toledo, según puede rezar y figurar en todos los anuarios o crónicas, pero para os que vivimos su desarrollo, y principalmente Paulino Lorenzo Martín Rodríguez, fue un título como los que oraba ese temible Toledo de la edad de oro.


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